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domingo, 6 de diciembre de 2009

INSTRUYENDOLOS DESDE LA CUNA


¿Por qué hoy en dia nuestros niños, adolescentes y jóvenes no quieren servir a Dios?

La respuesta es sencilla pero dolorosa, no enseñamos a nuestros niños a adorar a Dios, ni le hablamos de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Dice la Biblia en Jueces 2:10 que se levantó otra generación que no conocía a Jehová ni la obra que Él había hecho, la nación de Israel cometió ese error y le costó caro.

Hermanos, el lugar donde nuestros hijos deben aprender de Dios es en nuestra casa, no es ni en la escuela ni en la iglesia, es en nuestro hogar y nosotros como padres tenemos la responsabilidad de enseñarles la Palabra y que ellos puedan experimentar el nuevo nacimiento.

La instrucción de nuestros hijos no empieza cuando tienen 10 ó 12 años, sino que empieza desde que nacen "desde la cuna". Proverbios 22:6 dice "instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él."


Dice también Deutenoromio 11:18-19 "Por tanto, pondréis éstas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñarás a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes."


Pablo le dijo a Timoteo que desde niño había sabido las Sagradas Escrituras.(2 Tim 3:15). El mejor ejemplo que tenemos en la Biblia es el de los padres de Jesús, según Lucas 2:40 todos los años subían a Jerusalen al templo y llevaban al niño. Y a la edad de 12 años el niño estaba con los maestros de la ley preguntándoles y respondiéndoles y la gente se maravillaba de sus respuestas.
Jesús no porque era Dios se sabía la Escritura sino porque tuvo unos padres que se preocuparon por enseñarselas.



Hermanos hago un llamado a todos los que somos padres, instruyamos a nuestros hijos desde pequeños y no tratemos de enderezarlos cuando ya son grandes, buscando incluso a psicólogos para que nos ayuden pudiendo nosotros mismos enseñarles el camino verdadero.




Hoy en día los pastores, ministros y evangelistas están preocupados por salvar el mundo , mientras sus hijos se pierden en los vicios y aún dentro de la misma iglesia.
Hay gente que tiene tiempo para los demás pero para sus familias no lo tienen. Salen desde las 6 de la mañana de su hogar regresando a las 12 de la noche y no tienen tiempo para sus hijos ni para su esposas. Es triste pero esa es la realidad.

Hermanos, la iglesia del futuro empieza en nuestro hogar y con nuestros hijos.