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sábado, 7 de noviembre de 2009

ORACIÓN EVANGELÍSTICA

Los apóstoles Pedro y Juan después de haber sanado a un cojo de nacimiento fueron interrogados, maltratados y echados a la cárcel por haber sanado a éste hombre, luego los soltaron pero los amenazaron para que no siguieran predicando en el nombre de Jesucristo. Ellos fueron con los hermanos y les contaron lo que había sucedido e hicieron una oración poderosa(Hechos 4:23-31). Ésta se divide en 3 partes importantes:

1-En el versículo 24 reconocieron al Señor como el Creador, o sea que exaltaron a Dios y le dieron la gloria como único Creador y dueño de todas las cosas, si hay alguna cosa que le agrada a Dios es que lo reconozcamos siempre como el SEÑOR SOBERANO.

2-En el versículo 25 al 28 recuerdan las palabras que David había dicho antes diciendo "los gentiles se amotinan contra Jehová y contra su ungido" y en el tiempo de ellos también estaba sucediendo lo mismo, los Principales y Sumo Sacerdote estaban en contra de Cristo Jesús y de la obra que se estaba haciendo por medio de sus discípulos.

3-En el versículo 29 presentan las amenazas al Señor y piden que les de más fuerzas, más ímpetu y más eficacia para predicar las Buenas Nuevas.
En el versículo 30 piden que se hagan sanidades, milagros y prodigios por medio de ellos.
En el versículo 31, cuando terminaron de orar el lugar tembló y fueron todos llenos del Espíritu Santo y además recibieron lo que habían pedido:denuedo para predicar la Palabra del Señor.


¿Qué aprendemos con ésto?

Que no debemos avergonzarnos o sentirnos tristes ni asustados cuando nos prohiban predicar el mensaje de Cristo, la Biblia dice que las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia(Mateo 16:18)
Invito a cada uno de los lectores a que sigan predicando la Palabra, los discípulos y los hermanos de ese tiempo hicieron su parte, ahora ¿qué estamos haciendo nosotros?

Hagamos nuestra parte, oremos como lo hicieron los discípulos pero que no sea una oración de labios solamente, sino que nazca del corazón. Si lo hacemos así, el Señor hará temblar la tierra y se romperán las cadenas que atan la humanidad.
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